En las narrativas dominantes del plebiscito del 5 de octubre de 1988 escuchamos frecuentemente que la sociedad chilena derrotó a la dictadura con un lápiz y un papel, dejando de lado, o a lo más otorgándole un papel muy menor, a las luchas ciudadanas y populares que permitieron el fin de la dictadura-
Lee aquí la columna completa escrita por nuestro académico Roberto Fernández en el Ciudadano.